Sobre sus formas destaca la robustez de la zona de la dirección, el tubo diagonal y la caja de pedalier. Los lugares donde la solidez es fundamental. Las vainas son asimétricas para conseguir el máximo espacio posible para la rueda trasera, un tipo de diseño que Berria aplica a buena parte de sus modelos de otras disciplinas y que ya es seña de identidad de la marca. Del tubo de sillín llama la atención una hendidura que lima unos cuantos milímetros más para el espacio de la rueda trasera. Con barro se agradecerán. Los tirantes son finos y estilizados y el cuadro cuenta con cableado interno ICS y está listo para grupos electrónicos. El sistema de anclaje de la pinza de frenos es Flat Mount y se usan ejes pasantes de 142mm detrás y 100mm delante. La horquilla encaja a la perfección con las líneas del cuadro y también dispone de un buen paso de rueda. Anuncian un peso de 1.050 gramos para el cuadro de la Berria Grava. Números muy competitivos.

En su geometría no hay sorpresas. Es tirando a larga entre ejes, lo que servirá para transmitir seguridad a alta velocidad, sus 435mm de vainas también ayudarán en ese aspecto. El ángulo de dirección está en la línea de lo esperado con 71,5º para la talla M. Una bicicleta algo más relajada y estable que un modelo de carretera, pero sin perder el feeling de agilidad cuando pedaleamos con energía sobre los pedales en subidas.